Dedicamos unas líneas en nuestro Cuaderno de Bitácora a este intrépido viajero que convirtió su pasión en su forma de vida.
A los diez años de edad compró su primera canoa y fue justo en ese momento en el que se prendió la llama de explorar el planeta. Con 23 años inició su primer viaje al extranjero, haciendo un recorrido de Brasil a Chile en bicicleta.
Este brasilero convirtió su pasión en su trabajo y en 1983 terminó de construir su primer buque, al que siguieron otros 29, para explorar la Antártida. Además, fue el primero en remar en el Atlántico Sur durante 100 días en solitario, obteniendo como resultado un hermoso relato.
Sus vivencias han llevado al explorador Amyr a escribir varios libros y a dar más de 2.500 conferencias por el mundo. Les dejamos esta frase que resume a la perfección los sentimientos de este entrañable trotamundos.
«Un hombre necesita viajar, por su cuenta, no a través de historias, imágenes, libros o la televisión. Necesita viajar por sí mismo, con sus ojos y pies, para entender lo que es suyo. Para un día plantar sus propios árboles y valorarlos. Conocer el frío para disfrutar del calor y lo contrario. Sentir la distancia y el desalojo para estar bien bajo su propio techo.
Un hombre necesita viajar a lugares que no conoce para romper esa arrogancia que nos hace ver el mundo como lo imaginamos, y no simplemente como eso puede ser; que nos hace profesores y doctores de lo que no vimos, cuando deberíamos ser alumnos, y simplemente ir a ver «



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