En la Catedral de Salisbury
Este año junto a las Gardens Lover, un grupo de amantes de la jardinería que hacemos un viaje anual para conocer los jardines del mundo, visitamos Inglaterra. Resultó un grupo my unido y con muy buena onda, al punto que donde iba una, íbamos todas.
Durante el recorrido por la hermosa campiña inglesa, hicimos una parada en la Catedral de Salisbury con la suerte de que daban un concierto. Decidimos que no nos podíamos perder tal acontecimiento y fuimos todas juntas a escucharlo.
A mitad del concierto, hicieron un intervalo y ofrecieron drinks por el altoparlante advirtiendo que cuando sonara la campana deberíamos de dejar la bebida y volver a entrar para continuar con el espectáculo.
La tarde se presentaba divina, hasta que, de pronto, la que había ido a investigar apareció con cara de drama diciendo: ¡Hay que pagar lo que bebimos! Acto seguido, todas salimos de la cola en un solo movimiento al escucharla. Luego, nos paramos a pensar y llegamos a la conclusión que era una manera de ayudar a la iglesia y decidimos volver a formar la cola.
Cuando estábamos por pagar, de forma repentina sonó la campana que avisaba de que teníamos que volver adentro porque el concierto continuaba. No sé cómo ni cuándo pero me vi en menos de un minuto tomando un refresco, medio vasito de vino y café caliente con el que me quemé la lengua.
Una graciosa anécdota que me quedará por siempre guardada…
jua jua. buenísimo!
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Me sigo riendo , como si lo volviera a vivir, buenísimo!!!
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